viernes, 24 de octubre de 2008

NUESTROS ORÌGENES, DONDE NACIMOS











Hace 92 años, un ggrupo de cuates veìan un deporte que ya tenìa varios años de haberse desarrollado en Mèxico, me refiero al Foot-Ball, un deporte inglès que habìa causado furo a nivel mundial, tanto que hacìa 12 años clubes como Real Madrid (esperen una sorpresa, muy proximamente) y el Stade de Reims, por emncionar algunos, fundaron la hasta ahora màxima autoridad en el balompiè mundial, la FIFA. Regresando a Mèxico, estos chamacos, habìan creado equipos escolares, el Rècord creado por el gran Rafael Garza Gutierrez "Rècord" y el Colòn creado por su primo Germàn Cortina decidieron fusioinarlos y en una reuniòn en la casa 136 de Santa Marìa la Ribera propiedad de la Tìa Calixta, el 12 de octubre de 1916, naciò el club màs GRANDE del Fùtbol Mexicano y del Continente y uno de los màs grandes a nivel mundial: CLUB DE FÙYBOL AMÈRICA.

A principios del siglo XX el auge del futbol soccer en diferentes puntos de Europa provocó que en la Ciudad de México, en distintos colegios particulares, se empezara a practicar este deporte que estaba de moda.

En 1916 los jóvenes eran los principales amantes del balompié. En el colegio Mascarones, un grupo de estudiantes, quienes no pasaban de los trece años de edad, deciden crear un equipo de futbol.

El 5 de enero de 1916 se dio el primer paso oficial para la fundación de este. Ahí “bautizan a su equipo”, con el nombre “RÉCORD”, debido, a que había sido el mismo Garza Gutiérrez el de la idea de fundarlo.

Por otro lado, en el colegio religioso particular Perpetua, había un equipo cuyo nombre era “COLÓN”, donde jugaban entre otros Ignacio de la Garza, considerado el mejor arquero de la época.

“El Récord” y “El Colón” se enfrentaron varias veces y en una de esas confrontaciones surge por primera vez la idea de formar un mejor equipo que compitiera en alguna liga, esto debido a que el “Colón" enfrentaba problemas para completarse a jugar muy seguido y a su vez “El Récord” no contaba con recursos para tener uniformes completos por lo que la idea les agradó a ambos conjuntos.

El profesor de la escuela Perpetua, Eugenio Cenoz propuso una junta en los llanos de la Condesa y, después de algunas sugerencias sobre el nombre que le pondrían a “su nuevo equipo”, dado que ese día era el 12 de Octubre, decidieron que de esta fusión, el nuevo equipo se llamaría AMÉRICA.

Los jóvenes integrantes diseñaron un bello escudo con la representación del mundo como un balón, la figura del continente americano y las letras C.A. (Club América); compraron camisetas amarillas en los establecimientos más exclusivos y crearon un grupo elegante.

El otora priper campo, en el cual se jugarìan los primeros juegos fueron los llanos de La Condesa, siempre cerca de Santa Marìa la Ribera.

En 1917, América pidió su ingreso a la Liga Mayor, entonces formada por equipos extranjeros que con desdén, le exigieron una prueba de tres partidos, sin que perdieran alguno: ganaron los dos primeros y empataron el tercero con el gran España, logrando así su reconocimiento.

Ante el empuje y éxito en torneos interescolares, que iba teniendo el equipo, los directivos acariciaron la idea de ingresar a la primera fuerza, aspiración máxima de todo conjunto.

Fue así como en los albores de 1917, formalizaron la solicitud de ingreso ante la Liga Mexicana de Aficionados de Futbol Asociación y de acuerdo a sus requisitos, el América tuvo que disputar tres juegos contra equipos del seno de la Asociación, para así, en mérito a sus resultados, ser admitido o no.

El novel equipo pasó la citada prueba con éxito. Una vez admitido, su debut en el campeonato de 1917-1918 no fue muy exitoso, ya que fue él último lugar de la tabla, pero ello sirvió para adquirir una experiencia de mucha utilidad en el futuro. El primer partido del Club América en la primera fuerza fue contra el Júnior, el 31 de Octubre de 1917 y los Cremas perdieron 0-1.


La primera temporada que jugó el América fue en 1917–18, pero con resultados muy decepcionantes, pues el equipo quedó en último lugar. Aunque no todo fue negativo, pues se había logrado una presencia entre los aficionados que sintieron simpatía por el nuevo club, debido a que era el único que contaba con jugadores mexicanos.

A causa de este fracaso, al final de la temporada deciden cambiar el nombre por Club Unión, con el cual jugaron de 1918 hasta 1920. Pero los miembros más representativos del equipo deciden volver al nombre de inicio.

Al principiar la década de los años veinte, América empezó a constituir lo que sería la dinastía azulcrema.

Además, este Club se convirtió en el primer equipo mexicano que salió al extranjero a jugar un encuentro de futbol, luego de que fueran a Guatemala para participar en algunos partidos contra equipos locales, donde demostraron su calidad futbolística.

En 1923, el equipo logra la cima del tablero, al empatar en puntos con el Club España. Para decidir al campeón, se jugó un partido extra que ganaron los españoles. Pero a pesar de perder ese campeonato, al América le esperaba una época fructífera, pues los siguientes cuatro años fueron plenamente de dominio crema.

Ese mismo año, se forma la primera Selección Nacional Mexicana, que tenía como base a ocho jugadores americanistas. Este equipo se mantuvo hasta el mundial de Uruguay en 1930.

La temporada de 1924–25, estaba formado un sólido conjunto comandado por Rafael Garza Gutiérrez “Récord”, y gana el primer campeonato al vencer a uno de los mejores equipos del momento, el Club España.

El bicampeonato lo logran en 1926, situación que incomodó a los más exclusivos clubes de la liga, y que los llevó a darse de baja del torneo. Sin embargo, se retractaron de su decisión y la siguiente temporada se jugó sin problemas.

Para 1927, los números de América fueron muy alentadores, pues se consiguieron siete triunfos, cuatro empates y una sola derrota ante el Necaxa. Anotaron 30 goles y sólo recibieron ocho. El resultado de todo esto era lógico, América sumó su tercer campeonato consecutivo.

La siguiente temporada fue del equipo de los azulcremas, pues gana su cuarto campeonato con un juego dinámico y cada vez más perfecto.

Lamentablemente, 1928 sería el último año que diera satisfacciones a los americanistas, pues tuvieron que pasar 37 años para volver a conseguir otro trofeo.

En la década de los años 30, definitivamente otros equipos lucieron por encima del América, entre ellos el Necaxa de los once hermanos y el Marte, que vivían sus mejores momentos.

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